En un lejano país vivían dos chicos que eran muy amigos. Un día fueron a una charca cercana. Les gustaba mucho ir allí y acostumbraban a pescar, observar los patos detrás de las cañas y oir las ranas croar. De pronto oyeron un ruído y vieron unos ojos que aparecían y desaparecian dentro del agua. Uno de los chicos se quedó mirando fíjamente y dijo...
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